EN EL CENTENARIO DE LA PUESTA EN FUNCIONES DEL RELOJ DE LA PARROQUIA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS. En esta entrega recordamos el 26 de diciembre de 1923, con la puesta en marcha del reloj de la Parroquia de San Francisco de Asís. Un reloj MARQUE DE POSEÉ, que en México lo vendiera La Esmeralda Hauser-Zivy y Compañía, una empresa especializada en la venta de selectas obras de arte, joyas, relojes y cajas de música. Hablar de un reloj monumental, es referirse a una historia fantástica desde la planeación, compra y colocación del mismo. Dicho sea de paso, no existen relojes monumentales en todas las ciudades, mucho menos, que sean de inicios del siglo XX. Pero todavía le podemos sumar, a que la mayoría de los relojes monumentales de la actualidad son eléctricos y hasta digitales, por lo tanto, encontrarse en el año 2023 con un reloj cuyo mecanismo aún está funcionando después de un siglo, entonces debemos reconocer con mucho orgullo lo que tenemos en la Ciudad Heroica y Pueblo Mágico de Nochistlán de Mejía, Zacatecas. 



La gallardía de nuestro guardián del tiempo, se ve reflejada en las historias de miles de personas que han escuchado su sonido y observado la hora. Así, podemos corroborar del testimonio de la Guerra Cristera, el cambio de imagen de la ciudad en tiempos del Gobernador Licenciado José Minero Roque, el pasar de ser un pueblo de calles empedradas a su adoquín y ahora su pórfido, pero también se ha cerciorado de tantas celebraciones eucarísticas, con la unción de los sacramentos del bautismo, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios y hasta el triste repicar de las campanas de la Parroquia de San Francisco de Asís en las misas de difuntos. 




El reloj está instalado en el costado derecho, en la parte superior de la fachada del Templo Parroquial, se compone de un mecanismo que mediante dos flechas dan vida a las manecillas de los relojes que dirigen su imagen hacia el poniente y sur de la Iglesia. Tanto la compra, como el traslado, no debieron ser sencillas, ya que estamos hablando de un momento histórico en donde los caminos no eran los apropiados, así mismo, se preparó el Templo para recibir esta joya que ahora vemos, con la construcción para alojar el mecanismo del reloj, además de la torre del campanario para repicar los cuartos y horas marcadas. Dichos trabajos se iniciaron el 2 de noviembre de 1922 y concluyeron el 26 de diciembre de 1923, con la puesta en marcha del reloj, a manos de Juan Álvarez García, presidente Municipal de Nochistlán en el periodo 1922-1923. 

Hablar de Don Juan, tiene que ser con mucho respeto y admiración, quien fue hijo de Jesús Álvarez y Jesús Álvarez y Agustina García, bautizado el 26 de marzo de 1896 en la Parroquia de San Francisco de Asís, el 08 de julio de 1917 contrajo matrimonio con Ma. Jesús Legaspi, con tuvo 6 hijos de nombres: Ruth Evelia, Miguel Ángel, Josefina, J. Jesús, Víctor y José de apellidos Álvarez Legaspi, esposa de quien enviudó, y el 25 de abril de 1945 contrajo segundas nupcias con Enriqueta Rodríguez, con quien tuvo 6 hijos de nombres: Francisca, Miguel Ángel, Agustina, Juan, Angélica y Sergio, de apellidos Álvarez Rodríguez. Familia a quienes Nochistlán hace partícipes de reconocimiento y admiración, por la obra centenaria de Don Juan Álvarez. 

Ésta obra seguramente tuvo éxito, gracias a su liderazgo y visión a futuro entre los nochistlenses, porque el contexto del Nochistlán de 1923 era muy especial, un pueblo pequeño, en el que los habitantes escuchaban las campanas de la iglesia en varias ocasiones: la primera a las cuatro de la mañana, para anunciar que estaba próximo el alba, la segunda a las doce del mediodía, la tercera a las tres de la tarde, anunciando la hora de comer, la siguiente a las ocho de la noche y la última a las diez de la noche que llamaba a todos a regresar a casa. Al llegar el reloj y escuchar las campanas propias del mismo, se pudo saber con exactitud la hora, que ayudó en mucho a las actividades propias de Nochistlán, quedando hasta nuestros días este legado que debemos conservar como una joya incrustada en el hermoso Templo Parroquial, mismo que es de estilo barroco temprano y que ha permanecido estoico, a pesar de los siglos y las batallas libradas en su estructura. La obra iniciada por don Juan Álvarez García, es muy importante para Nochistlán, invitando a las generaciones actuales y venideras a que se conserve en las mejores condiciones, para que siga siendo parte de la identidad de los habitantes de esta Ciudad Heroica y Pueblo Mágico. 

Lic. Enrique Reyes Durán

 Cronista Municipal



Comentarios

Entradas más populares de este blog

EL ATREVIMIENTO QUE A PEDRO DE ALVARADO LE COSTÓ LA VIDA FRENTE A TENAMAZTLE

TRADICIÓN DE ALTARES DE DOLORES EN NOCHISTLÁN