CRÓNICA DEL RECORIDO POR LOS ALTARES DE DOLORES EN NOCHISTLÁN, 26 DE MARZO DE 2021
CRÓNICA DEL RECORIDO POR LOS
ALTARES DE DOLORES EN NOCHISTLÁN, 26 DE MARZO DE 2021.
Es así como el viernes
anterior a Domingo de Ramos, se vive una tradición que en Nochistlán de Mejía,
Zacatecas, lleva más de 200 años, y que en ésta ocasión se celebra el viernes
26 de marzo, tomando en cuenta la primera luna llena a partir de la entrada de
la primavera.
De ésta manera los miembros
de la Crónica Municipal de Nochistlán, bien acompañados por personal del
Instituto Municipal de Cultura y la Dirección Municipal de Turismo, nos
permitimos establecer una ruta para visitar los Altares de Dolores.
Iniciando la ruta a las 18:20
horas en el domicilio de Corona número 34, hogar de la Familia Delgadillo
Aguayo, quienes tienen una imagen con más de 200 años de antigüedad y 6
generaciones que han elaborado el altar, mismo que ahora está a cargo de la
maestra Conchita Delgadillo Aguayo, quien nos abrió muy amablemente las puertas
de su hogar, ya que su altar lo elaboró en una de las recámaras. Ésta muy
estilizado, con los elementos necesarios para la celebración y la imagen que
podemos reconocer como una de las más antiguas de la tradición en Nochistlán y
muy bien conservada. Ella la recibió con mucho agrado de su abuelo Lencho
Delgadillo, y que seguirá la tradición hasta que decida a quien se la va a
heredar, con el requisito que sea merecedor o merecedora de tal distinción. Nos
despedimos, no sin antes hacer la pregunta obligada ¿Lloró la virgen? Por lo
que nos respondieron que sí y recibimos un riquísimo vaso de agua de jamaica
que con gran justo tomamos y nos retiramos del lugar, dando gracias por la
hospitalidad.
Se ha pasado el tiempo muy de prisa, ya son las 19:15 minutos, pero ya estamos en calle Independencia, esquina con calle Victoria, hogar de la familia Cervantes Durán, en donde nos recibe con el gusto de siempre el Licenciado Mario, quien lleva muchos años celebrando ésta tradición, desde que tiene uso de razón apoyando a su madre Rita Durán, y desde que faltó, se hizo cargo de la tradición familiar, muy entusiasta narra la manera en que va preparando el trigo, las ramas de Sauz, las mesas y el manto blanco, que explica que es por la pureza del alma de María, madre de Jesús, le coloca las 7 veladoras y nos cuenta de la anécdota que se convirtió en milagro, ya que un día por azares del destino, el altar se incendió, consumiendo todo, excepto la imagen, ya que ésta sólo sufrió una pequeña quemadura en la parte inferior. Feliz de contestar a la pregunta de si lloró la virgen, ofreciendo enormes vasos de agua de arroz y Jamaica. Nos despedimos, agradeciendo la hospitalidad y seguimos con nuestro camino.
Ya son las 19:40 horas y el
siguiente altar a visitar es una incógnita para el grupo, ya que vamos a la
calle Peñol número 2 y no tenemos conocimiento de que la familia Pérez Madrigal
hiciera altares. Llegamos al domicilio y cuál sería la agradable sorpresa de
saludar a nuestro amigo Daniel Pérez Madrigal, quien nos cuenta que el altar
inició como una petición y agradecimiento por su intervención en la enfermedad
de su hermana. Lo que nos llenó los ojos de lágrimas y buenos recuerdos de ella
y felicitaciones a Daniel por su hermoso altar, ya que aún con las dificultades
que tuvo con el trigo, decidió colocar arreglos florales, las 7 naranjas
agrias, siete veladoras y el color púrpura de las banderitas de papel de china le dieron un magistral
atracción a la imagen de la Virgen Dolorosa, que es una pintura al óleo de su
autoría, nos platica el origen de ella, cómo la pintó de una fotografía que
había tomado de una imagen que vio en un convento de claustro de la ciudad de
Guadalajara, además de las buenas críticas que tuvo su obra de parte del
Cardenal de Guadalajara. Con un corazón lleno de gozo, nos despedimos, para
seguir nuestro camino. En éste lugar no hicimos la pregunta, pero nos llevamos
a sorpresa de que la tradición se fortalece con nuevos celebrantes, felicidades
Daniel Pérez Madrigal por tu empeño.
Seguimos nuestro recorrido y
en calle Victoria número 11 con un gran amigo Lupe Lozano y vimos con tristeza
que ya había salido, por lo que no tuvimos la oportunidad de conocer su altar.
para éste arreglo, pero que
no le quita la fortaleza, sus colores púrpura y blanco hacen un hermoso contraste,
las veladoras y una imagen antiquísima coronan éste esfuerzo. Agradecimos la
hospitalidad y los invitamos a seguir con la tradición.
La ruta nos llevó a casa de la familia Gómez en calle Donato Guerra número 2, en donde fuimos recibido con mucho agrado por la señorita Cuquita Gómez, quien es la encargada de elaborar el altar y que ha recibido la estafeta de parte de su madre y que hasta la fecha lo sigue haciendo con mucha devoción, nos señala el mismo detalle de la germinación del trigo, pero que ha suplido de manera muy creativa con papel de china, sin olvidar las naranjas agrias, sus veladoras y el manto blanco de la pureza de la Virgen María. Con mucho agrado, nos mostró la imagen que a pasado de generación en generación durante más de 100 años entre los miembros de su familia. Al preguntar ¿Lloró la virgen? Nos contestaron que sí y ofrecieron unos enormes vasos con agua de piña, que tomamos con mucho gusto, por la sed que ya había mermado las reservas líquidas por la caminata por las calles del Pueblo Mágico de Nochistlán.
Es así como después de tres
horas de peregrinar por Nochistlán, estuvimos apreciando el trabajo artesanal
que tienen las familias, que siguen con la tradición de Altares de Dolores y
que fortalecen la identidad de sus habitantes.
Pido una enorme disculpa, por
los altares que no pudimos visitar, que fue la mayoría, pero con el compromiso
que el año 2022, estaremos en sus domicilios.
Lic.
Enrique Reyes Durán
Cronista Municipal de Nochistlán
de Mejía, Zacatecas.
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